Claudia, Constanza y Adriana Arango, las Damas del entretenimiento en Bogotá.
Claudia, Constanza y Adriana Arango son sin lugar a dudas las
empresarias más destacadas del entretenimiento en Bogotá.
Juntas han heredado el emprendimiento
y creatividad de su padre Alfonso Arango, quien hace 35 años fundó el parque
más bello de la ciudad: Multiparque.
Multiparque, es un paraíso para la familia ubicado en la calle 224 con
autopista, saliendo de Bogotá antes del peaje.
Este sitio, se ha convertido a lo largo de sus 35 años, en el lugar predilecto
de las generaciones que aman la naturaleza y han creído en este concepto, donde
la interacción familiar es el eje fundamental del entretenimiento.
Don Alfonso Arango su fundador, quien llegó a Bogotá en el año de 1953 y
por ese entonces trabajaba como ingeniero en la empresa de teléfonos de Bogotá,
en un principio decidió adquirir los terrenos ubicados en la calle 224 para fijar
allí su residencia e iniciar un negocio de flores, sin embargo con el tiempo, se
dio cuenta del magnífico paisaje y la posibilidad de hacer un parque para sus
hijas que poco a poco se fue convirtiendo en un lugar de visita frecuente de
muchas personas.
“Yo me acuerdo que tenía 6
años cuando mi papa adquirió este terreno, el mismo se encargó inicialmente de
hacer unos columpios y fue haciendo un parque para nosotras¨ afirma Claudia Arango
actual Gerente del Parque.
“Mi papá tenía el don y la
energía para jugar con los niños que era
diferente a todos los demás, él llegaba cansado de trabajar y jugaba escondidas
dentro de la casa, alguna vez se metió en el baúl del carro cuando íbamos a las
fincas, mientras que los tíos estaban hablando en una mesa de política mi papá
salía a jugar con nosotras en la piscina, armaba columpios, mesas de pimpón,
balancines, le gusta el entretenimiento en todas las formas.
Le gustaba ser parte del
juego de los niños, él trabajaba en la empresa de teléfonos de Bogotá como ingeniero
civil pero siempre tuvo un perfil de autodidacta, inventor, soñador y fue
uniendo todo eso que le gustaba, jugar con los niños y juntando todos sus
conocimientos, mi papa nos jugaba un montón y también tenía un closet de magia,
coleccionaba trucos y siempre hacía de mago, incluso tenía un juego que nos
ponía con electricidad, explorábamos hacer figuras con alambre dulce, todo con
él era muy divertido”
De esta manera, impulsado por el amor a sus hijas y convencido de que el
entretenimiento y la naturaleza podrían combinarse de manera perfecta, Don
Alfonso Arango inicio su negocio con un vivero que llamó “Crisalide”, en el
cual vendía matas y semillas que traía de distintas partes del mundo y pegado a este proyecto, inició el primer
parque con unos columpios enormes y otros juegos para probar que tanta
aceptación tenía en sus visitantes. Con el tiempo este parque empezó a ser más
interesante y comenzó a cobrar por el ingreso.
Según Adriana Arango, “Mi papá era un hombre bastante creativo,
ellos se quebraron en los años treinta, vivían en Manizales y tenían una finca
en el Quindío y cada uno de los hermanos tuvo un rol en la familia, mi papa
empezó a ser el recreador de la familia y él quería tener la misma experiencia
que había tenido con mis hermanos.
Volver a los orígenes de lo
que pudo haber sido la recreación, no es como una montaña rusa, no me ayuda a
desarrollar la parte psicomotriz y de esta manera nació el parque”.
“¿Cómo puede uno cobrar por
un parque? Esa era la pegunta que se hacían muchas personas, sin embargo mi
papá siempre pensó que un buen parque merecía tener excelente mantenimiento y
buenas atracciones, por esa razón nunca quiso poner las típicas ruedas de
parque de barrio y empezó a pensar en la posibilidad de desarrollar diferentes
juegos que eran su pasión pero que implicaran una interrelación entre los
padres y sus hijos.
De esta
manera, se agregaron nuevas atracciones, en donde los niños podían hacer de los
juegos una experiencia de retos y en los cuales las maquinas no eran las
encargadas de generar esta experiencia” afirma Constanza Arango.
Con el tiempo, se hizo necesario ampliar la oferta y fue así como se
unieron a este proyecto, un asadero y varios almacenes de muebles entre los que
se contaba Bima, que se convirtió en una cita para muchos bogotanos los fines
de semana.
Posteriormente se hizo la primera pista de Cars que les dio más posibilidades de entretenimiento a los
visitantes.
Pero en el año 2000 don Alfonso tuvo que empezar a delegar su gran
proyecto a sus hijas, pues su salud fue mermando y es en ese momento cuando las
tres hermanas deciden unirse para seguir adelante con este sueño llamado
Multiparque.
Según Adriana Arango “En este año
todo se juntó y tuvimos que entrar en un proceso de reinventar el parque y
mejorarlo. Decidimos contratar un arquitecto, hacer andenes, caminos
peatonales, mejoramos las vías, construimos una pista de cars mejor y empezamos
a tener diferentes almacenes de diferentes temas, llegó un señor de Muebles y
Accesorios y puso un almacén y de esta manera construimos una terraza, luego un
restaurante, y retomamos el sitio que empezó a volver a surgir con una cantidad
de cosas nuevas”
Para la familia Arango la filosofía de este parque es que los niños entren y disfruten cada atracción poniendo padres e hijos la misma energía. El parque no está en orden y los niños deben entrar al parque y tomar sus propias decisiones y hacer el recorrido como más le interese. “Uno de los primeros juegos era una carreta donde el papa jugaba con el niño, hay una interacción entre el papa y el niño. Y todos esos momentos quedan en los recuerdos y se forma un vínculo. Hay mucha gente que ha venido al parque desde niños y que luego traen de adultos a revivir ese momento con sus hijos”
Multiparque cuenta además con un espacio dedicado a los más pequeños, un
parque de concepto japonés en donde los niños entre 5 años pueden disfrutar de
experiencias sensoriales y divertidas.
“Durante estos años se ha
podido consolidar el concepto de Multiparque y como todavía teníamos tierra en
que podríamos seguir creciendo este modelo, continuamos con la búsqueda de más
atracciones y la implementación de cinco pabellones con salones temáticos y
muchas más oferta. Ya estamos llegando a
un punto en que este modelo es más claro y los podríamos llegar a reproducir en
otras zonas o regiones del país”.
Las hermanas Arango tienen como posibilidad a futuro la zona cafetera,
ya que para ellas esta región es un sitio interesante donde confluyen
diferentes ciudades y cuenta con una topografía maravillosa que se amolda
perfectamente para tener este modelo de entretenimiento, en donde los niños y
sus padres puedan disfrutar, compartir y jugar, encontrando sus destrezas, aprendizajes,
retos propios y creatividad, que era la filosofía de su padre.
Un sitio donde los papas pueden jugar con sus hijos, donde la familia
realmente comparte se conocen, juegan juntos, solidifican lasos y tiempo para
compartir para la familia.
“Queremos consolidar el
sitio que tenemos como un modelo de negocio que podamos reproducir en muchas
partes. Y en varias ciudades del país hemos tenido personas interesadas en
hacer un desarrollo con nosotros. Estamos trabajando en dos o tres proyectos
nuevos dentro del parque, hay unas zonas de expansión para zonas de comida
nuestro propósito es generar experiencia de diversión y alegría” concluye Claudia Arango
Multiparque también se ha destacado
por apoyar fundaciones y participar de proyectos sociales, prestando sus
pabellones a muchas instituciones para que hagan sus eventos y atendiendo niños
de fundaciones como: El Instituto Rusbell y Sanar, entre otros.
De esta manera vale la pena destacar la importante labor de estas tres
hermanas que continúan fortaleciendo el sueño que tuvo su padre, convirtiendo a
Multiparque en el parque más emblemático del norte de Bogotá.
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