Un cineasta Arahuaco y otro neozelandés reivindican la
cultura indígena a través de la industria fílmica
El cineasta y documentalista Amado Villafaña y el
neozelandés Christopher Pryor participaron en el
conversatorio organizado por
Education New Zealand en el marco del primer festival de cine de Nueva Zelanda
en Bogotá.
En días pasados Education New Zealand
presentó el Conversatorio “Caminos y Protocolos – Colaborando con Comunidades
Indígenas en Proyectos Fílmicos. En este encuentro participaron representantes
del gobierno del país oceánico como su embajadora Jacqui Caine, los cineastas
Amado Villafaña y Christopher Pryor, Mauricio Durán, director de la maestría en
Creación Audiovisual de la Pontificia Universidad Javeriana, así como personas
interesadas en la industria fílmica y el trabajo audiovisual con poblaciones
autóctonas.
Durante este encuentro se abordaron temáticas
de representación, consentimientos, colaboración y el respeto a través de la
actividad fílmica. Ambos directores, coincidieron en que el cine reivindica el
derecho de los indígenas sobre su imagen y su representación, y en la
importancia que le dan a la preservación de la cultura autóctona en cada uno de
sus países. Otro punto en común es lo difícil que resulta la financiación de
los proyectos, por lo que a pesar de que el Estado designa comisiones o
entidades para el apoyo de documentales y películas relacionadas con temas
indígenas, se requiere siempre recurrir a otras organizaciones para
complementar la inversión.
“Cuando es para la protección de la cultura,
15 años de trabajo y 500 horas de grabación valen la pena. Estamos pasando
nuestros conocimientos a los más jóvenes para que puedan seguir adelante con
este legado. Para nosotros la tierra es sagrada, por esa razón no permitimos
que cualquiera venga a ella y decidimos que nosotros mismos seamos los creadores
de todo” afirma Villafaña.
Por su parte, Christopher Pryor comenta que
si bien en Nueva Zelanda hay una comisión de cine que financia las películas
nacionales, los directores deben buscar otras entidades o fondos de
financiación que complementen la inversión en la película. “Encontrar dicha
entidad no es fácil puesto que, por un lado, debe demostrársele una garantía de
retribución económica cuando la película sea lanzada al mercado, algo difícil
en comparación con el cine comercial; y por el otro lado, el trabajo con los
indígenas requiere más tiempo que la realización de cualquier otro documental,
por lo que la financiación puede resultar mayor. Lo importante es tener la
mente abierta para conocer nuevos mundos y que es un proceso formativo basado
en el respeto y la confianza”.
El
cine, un aliado de la educación que fortalece vínculos entre países
Pensando en la industria fílmica como aliada
de la educación, la agencia gubernamental para la promoción de la educación
internacional Education New Zealand organizó el primer conversatorio entre
Colombia y Nueva Zelanda sobre el cine y comunidades indígenas. Para continuar
con el objetivo de fortalecer los vínculos entre ambos países por medio de
temáticas afines como lo son las comunidades indígenas y su aporte a la
industria cinematográfica.
Nueva Zelanda es líder mundial en modelos de
la industria cinematográfica que han superado con éxito la brecha entre las
comunidades tanto indígenas como no indígenas, y la educación que reciben los
estudiantes neozelandeses tiene mucho que ver en esto. Así lo afirma Javiera
Visedo, Senior Market Development Manager de Education New Zealand: “en Nueva
Zelanda existe una conexión directa entre lo que requiere el mercado y la
academia, donde esta última desarrolla los programas que se requieren hoy
pensando en las necesidades del mañana. Los alumnos aprenden habilidades,
conocimientos que los preparan para trabajar y desempeñarse en las áreas que
está demandando el mercado actual, y la industria audiovisual no es una excepción.
De hecho, las carreras relacionadas con ingeniería de software y producción
audiovisual son áreas de estudio cada vez más atractivas para estudiantes tanto
locales como internacionales”.
Deporte, música y comunidades indígenas
temáticas principales del Primer Festival de Cine Neozelandés en Colombia
Después de presentarse en Chile, Paraguay,
Argentina, Cuba, Brasil y México, los colombianos pudieron disfrutar del Primer
Festival de Cine de Nueva Zelanda conformado por nueve películas que retratan
la idiosincrasia, creatividad y diversidad del país oceánico conformando un
recorrido por distintos aspectos sociales de Nueva Zelanda y que se enfocan en
tres líneas temáticas: el deporte, la música y la comunidad maorí.
Con la presencia de diversos representantes
de la cultura en Colombia y de Nueva Zelanda, la embajadora de este país
oceánico ante Colombia, Jacqui Caine agradeció la asistencia del público y al
festival que se inauguró con la película dirigida por Chris Pryor The Ground We
Won, que documenta la historia de un equipo de rugby conformado por granjeros
de la región de Reporoa, donde este deporte rompe con las cotidianidades y
dificultades de la vida rural adentrándose en los rituales y jerarquías
masculinas de la región, en medio de la majestuosidad del paisaje neozelandés
presentado en blanco y negro.
Coincidencias
y diferencias entre la industria fílmica neozelandesa y colombiana
“La industria fílmica neozelandesa en 2016
aportó 3,3 billones de dólares al país. Esto significa que grandes productoras
llegan cada año a filmar, provocando un impacto en el país y por cierto en
nuestros territorios indígenas. Para esto, hemos elaborado estrictas normativas
que apuntan hacia el respeto del entorno y las personas, lo que ha posicionado
a Nueva Zelanda como líder mundial en la materia” – Jacqui Caine, embajadora de
Nueva Zelanda para Chile y Colombia.
Era difícil conseguir antes aliados con los
indígenas de la sierra. Ahora muchas fundaciones trabajan el tema ambiental, y
lo audiovisual. Es el momento y nosotros no nos quedamos atrás. Es importante
contar la verdad de la historia para los arahuacos, cuán importante fue la
lucha de nuestros abuelos, No es necesario tener manchitas de violencia sino
también construir una armonía entre dos culturas distintas. Para mí es más
importante que los jóvenes conozcan esta historia para que tengan el valor que
tuvieron sus abuelos y es que nosotros nos oponemos a una destrucción que ellos
llaman desarrollo. El fotógrafo indígena debe ser un líder, una persona
depositaria de ese conocimiento ancestral, porque es lo que va a compartir (…).
Los profesores para los documentales deben de ser nuestras autoridades
tradicionales, nuestros Mamos o chamanes, y no los técnicos de afuera”. – Amado
Villafaña
“El trabajo con comunidades indígenas
requiere de un tiempo importante de inmersión, puesto que es necesario
familiarizarse, no solo para los que estamos detrás de las cámaras si no, para
las comunidades, así como conocer las intenciones de ambos en la creación
audiovisual. Buscar espacios de acercamiento a los indígenas, aprender y tener
la mente abierta a conocer nuevos mundos, es parte esencial de un proceso
formativo basado en el respeto y la confianza” – Christopher Pryor
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