Formada en el legendario taller 46 de Joan Barbará en Barcelona, presentó recientemente su primera exposición de grabados, lienzos pintadas en Europa
-Invitada por la Galería de Arte Buró 79 en pleno corazón del Distrito de Arte de Miami, Wynwood.-Ha sido invitada para rendile un homenaje en conmemoración al aniversario de fallecimiento del artista Oswaldo Guayamin el proximo 10 de marzo en el Museo La Capilla del hombre, en Quito Ecuador.
La joven artista empezó a pintar a raíz de un drama familiar, la muerte de su abuelo. Él había estado muy cerca de ella desde la muerte de su padre a manos del narcotráfico colombiano, cuando era solo una niña. Su padre era un famoso periodista y cronista taurino que fue vilmente asesinado por investigar y descubrir oscuras relaciones entre los narcotraficantes y las fiestas taurinas en su país. Este episodio la volvió más consciente de sus sentidos y le llevó a querer expresarse mediante la pintura.
Juliana cuenta actualmente con una exposición permanente en el prestigioso centro de arte Wynwood de Miami, donde expone y vende sus piezas rodeada de obras de grandes artistas. Ahora, con la creación de este gigantesco mural en Buro 79 que la consolidará como artista plástica, hará parte de ese singular y selecto grupo de nuevos pintores reconocidos a nivel internacional que dejan sus obras itinerantes por el mundo. Recientemente inauguró también su primera muestra en España, en Clubhaus Barcelona donde estuvo presente hasta el 17 de noviembre.
Juliana está causando furor en el mundo del arte al combinar esta técnica que se daba ya por perdida con su sello personal. Todas sus obras y grabados nacen de este legendario taller, donde gigantes como Picasso maduraron su técnica. “Es un honor para mí ir todos los días al taller y sentir que en el mismo lugar donde me siento estuvieron en su día maestros como Picasso o Miró. El taller me ha abierto la mente, es como viajar en el tiempo”. Juliana quiere ser la primera artista joven en impulsar otra vez esta técnica que se dio a conocer durante el Renacimiento y que hoy en día muchos artistas jóvenes desconocen.
Juliana Plexxo nace en Bogotá, Colombia, el 25 de agosto de 1993. Su inclinación a la pintura fue desde niña como un don personal, nunca recibió clases de arte. “Recuerdo cuando mi padre, periodista, me llevaba a la redacción y siempre me intentaba distraer con folios en blanco y un lápiz casi sin punta, allí empieza mi universo. Mis padres eran muy aficionados al arte, sobre todo a la pintura y a la música. Más tarde estudié periodismo en la Universidad de Navarra en Pamplona. En aquella ciudad regresó mi pasión por el arte. No obstante, el empujón final surgió tras la muerte de mi abuelo Néstor, un diseñador de moda varonil y artista innato y una de las presencias más importantes en mi vida. Dicen que el sepulcro encierra a menudo dos corazones en el mismo ataúd, y uno de ellos era el mío. En esos momentos fui más consciente de mis sentidos y decidí pintar y pintar hasta inmortalizar mi duelo en un lienzo y fue allí donde nació PLEXXO”, comenta la artista.
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