El Aviario Nacional de Colombia abre sus
puertas el primero de febrero
Los amantes de las aves, el turismo ecológico y en general para aquellas
personas que buscan otro tipo de esparcimiento natural, encontrarán a partir
del mes de febrero de este año, un lugar de singular belleza, ubicado en el
kilómetro 14 vía Barú. Son siete hectáreas con 1.800 aves de 135 especies
nativas endémicas, exóticas, en vías de extinción,
organizadas en 21 estaciones que simulan sus ecosistemas.
Estos hábitats construidos en grandes espacios de inmersión, radiales,
ciénagas y lagos naturales y artificiales, fueron pensados hace nueve años y
diseñados para que los visitantes puedan observar los distintos aspectos de la
vida cotidiana de las aves, tales como su reproducción, defensa y
protección del territorio, protección de nidos, crianza de sus pichones,
hábitos alimenticios, aves al vuelo (como los de las corocoras o aves rapaces).
Se tendrá la posibilidad de conocer
detalles de las especies exhibidas, su historia natural, su dieta, o presenciar
muy de cerca comportamientos únicos como lo son los cortejos de algunas aves
antes de la reproducción o los singulares cantos de algunas aves.
Este aviario busca a largo
plazo darle otra mirada al quehacer investigativo en Colombia, en el que se incluye
la reproducción en cautiverio de especies amenazadas principalmente para lo
cual, se pretende establecer alianzas institucionales para trabajar aspectos
asociativos con las autoridades ambientales tanto nacionales como regionales
con el fin de evaluar posibles reintroducciones de especies de aves que así lo
ameriten.
“Esto se podrá hacer siempre y
cuando los factores limitantes que llevaron a la extinción local de la
especie hayan sido superados, controlados o eliminados, porque de nada
sirve estar reintroduciendo, por ejemplo, el pajuil pico azul en un área en la
cual todavía hay cacería, o si ya no hay bosques, no hay educación para
su conservación. En este sentido, la sociedad civil puede jugar un papel muy
importante”, manifiesta César Márquez, investigador y
asesor científico del Aviario.
LO IMPORTANCIA DE LOS NOMBRES
VERNACULARES O COMUNES DE LAS AVES
El propósito
del Aviario desde el punto de vista del conocimiento tradicional de las aves en
Colombia, consiste en rescatar los nombres vernaculares o comunes que tienen
las aves en las distintas regiones del país. Es así como en el Aviario los
visitantes podrán aprender sobre los nombres que tanto los campesinos o
comunidades rurales les tienen a algunas aves de nuestro país a partir de
ciertas características físicas, bien sea por su vistoso plumaje, su forma de
cantar (onomatopéyicos) o inclusive nombres comunes que surgen a partir de la
cultura de los campesinos y de sus creencias tradicionales.
LA CROMOLOGÍA DEL COLOR DEL PLUMAJE DE
LAS AVES
El mayor reto del visitante será
contabilizar la paleta del inmenso colorido de las aves, tanto de su plumaje
como de los demás revestimientos que las cubren en sus patas o sus picos
(color de las escamas de las patas, carúnculas, etc.).
Las tángaras, por ejemplo, a pesar de
su pequeño tamaño son algunas de las aves de más colorido. La combinación
extraordinaria de los machos de algunas especies hace parte de su atractivo
sexual para atraer a las hembras durante la época reproductiva.
Cierto tipo de colores en algunas
especies, ayudan a las aves a camuflarse dentro de los ambientes naturales
donde habitan para así poder protegerse de sus enemigos naturales.
La variedad de plumajes, el tamaño y de
las colas, la diversidad de picos, el tamaño y forma de las alas y un
sinnúmero de detalles morfológicos serán descritos en infografías con
información completa que los visitantes encontrarán durante el recorrido.
LA RESPONSABILIDAD SOCIAL Y COMUNITARIA
Desde el inicio de la
construcción y adaptación del Aviario Nacional de Colombia se
ha venido generando una fuerza laboral de personas de la región principalmente.
En la actualidad son unos 100 empleos los que produce el sitio, entre directos
e indirectos, especializados y técnicos, tanto de lugareños de Barú y Santa
Ana, como de otras partes del país.
La operación en pleno, tanto logística,
técnica y científica del Aviario Nacional de Colombia demandará
una fuerza laboral importante para la región, que no solo será a nivel laboral
sino de conocimiento ambiental y ecológico.
Igualmente el grupo de Voluntarios
al Vuelo viene desarrollando desde hace unos meses un importante
trabajo con la comunidad, principalmente con mujeres cabeza de familia, con
miras a generar actividades productivas propias de la región.
También el Aviario Nacional de
Colombia promovió durante el semestre pasado un Taller de Aves con
jóvenes entre 18 y 25 años de la Isla de Barú.
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