Fedepalma rechaza medidas arancelarias del
Gobierno sobre el sector palmero colombiano
Bogotá, Febrero 29 de
2016. La Federación Nacional de Cultivadores
de Palma de Aceite, Fedepalma, en referencia a la reducción a 0 % de arancel a
las importaciones de aceites vegetales, se permite informar a la opinión
pública lo siguiente:
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El
gremio palmero rechaza las medidas arancelarias adoptadas por el Gobierno
Nacional para los aceites y grasas, puesto que impactan negativamente a la agroindustria
y en particular a las comunidades palmeras, que se caracterizan por estar ubicadas en zonas vulnerables, algunas de
ellas de sustitución de cultivos ilícitos y con baja presencia del Estado.
·
Igualmente
rechazamos el procedimiento para adoptar estas medidas, ya que altos
funcionarios se habían comprometido a adelantar un proceso de concertación que
no se cumplió, lesionando la confianza legítima que el gremio tenía en el
gobierno.
·
Las
medidas del Gobierno Nacional tienen un
impacto negativo en los ingresos de la agroindustria, y en particular en
las regiones, que estimamos estaría
alrededor de 220.000 millones de pesos en los próximos seis meses, equivalentes al 13% de los ingresos del
sector, en un momento en el cual muchos productores se han visto
fuertemente impactados por el Fenómeno
“El Niño”, que ha reducido la producción en algunos casos
hasta en un 40%, sin contar con la ayuda del Gobierno para contrarrestar
estos impactos económicos.
·
El sector palmero afronta graves problemas
fitosanitarios, como
el causado por la enfermedad de la Pudrición del cogollo, la cual arrasó con toda el área sembrada en Tumaco, 35.000 hectáreas,
y otra cifra similar en Puerto Wilches, Santander y Cantagallo en el sur de
Bolívar, deteriorando y afectando la economía y las condiciones sociales de
los pobladores de estas zonas.
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Reducir a 0% el arancel para los
aceites y grasas desde todos los orígenes, resulta excesivo e innecesario, máxime si se tiene en cuenta que los aceites y grasas apenas participan con
el 1% dentro de la inflación total.
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Resulta
cuestionable la medida de controlar la inflación a través de disminución de aranceles,
teniendo en cuenta que dicha reducción puede perderse en la cadena de
distribución y convertirse en una simple
trasferencia de rentas del sector agrícola a los otros eslabones de la cadena.
Es claro que nunca ha sido una buena política tratar de controlar la inflación
golpeando a los sectores productivos.
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Durante
más de 10 años el sector palmero tuvo
que enfrentar la aguda apreciación del peso colombiano, con la consecuente
disminución de sus ingresos sin que existieran políticas públicas, que
permitieran compensar dicha situación. Fruto de la revaluación, es importante
señalar que con el precio de una tonelada de aceite de palma se pagaban cerca
de 5 salarios mínimos en el año 2003 y para el 2014 pasó a tan solo 3 salarios,
menoscabando la competitividad de la agroindustria.
·
Ahora,
cuando la situación se revierte y el peso colombiano empieza a devaluarse, el Gobierno
Nacional adopta medidas que cambian las reglas de juego, afectando la seguridad
jurídica y económica del sector, sin tener en cuenta que la palma de aceite es
un cultivo de tardío rendimiento, que requiere señales estables en el tiempo.
Adicionalmente desconoce, por ejemplo, que los
precios de los fertilizantes se incrementaron en el último año en un 42 %, dado
el comportamiento del dólar, afectando los costos de producción y la
competitividad del sector.
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La
agroindustria de la palma de aceite es una actividad que adelantan alrededor de
6.000 cultivadores, en su mayoría
pequeños y medianos productores, presentes en 125 municipios y 20 departamentos
del país.
·
Valga
recordar que esta agroindustria es intensiva en mano de obra, genera cerca de 140.000 puestos de trabajo, directos e
indirectos, y en muchas regiones del país es la única alternativa de producción
legal.
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La
medida del Gobierno permitirá el acceso a la importación de aceites crudos y
refinados, de países que aplican subsidios directos a la producción o al
consumo, e impuestos diferenciales a las exportaciones de estos productos, como
Malasia e Indonesia, lo cual
desincentiva la industrialización en Colombia, menoscaba el consumo doméstico
de aceite de palma de producción nacional, genera efectos adversos en la
comercialización del fruto y del aceite de palma, y amplía aún más el déficit
de la balanza comercial de aceites y grasas en Colombia.
·
Resulta
contradictorio que mientras que el Gobierno Nacional impulsa la iniciativa del
Plan Colombia Siembra, con la meta de sembrar 1.000.000 de hectáreas en los
próximos años, de las cuales se ha propuesto que se siembren 150.000 hectáreas nuevas
en palma de aceite, al mismo tiempo elimine los instrumentos de apoyo que tiene
la producción nacional, afectando los ingresos de los productores.
·
¿Cómo
entender esta decisión del Gobierno, siendo el cultivo de palma de aceite una
de las actividades que genera mayor dinamismo en el campo colombiano, el
segundo cultivo agroindustrial después del café, con gran impacto social en
zonas difíciles de la frontera agrícola, que se adelanta en medio de
condiciones adversas, de inseguridad, falta de infraestructura y precarios
bienes públicos, como ocurre en Tumaco, el Catatumbo, el Magdalena medio, entre
otros lugares, y que podría llegar a tener un papel destacado en el
postconflicto?
·
Fedepalma
rechaza contundentemente y expresa su inconformidad con las medidas adoptadas
por el Gobierno Nacional en materia arancelaria para los aceites y grasas, pues
las mismas tendrán graves impactos en la agroindustria de la palma de aceite, en
los productores y en sus comunidades rurales. Adicionalmente, rechaza y manifiesta
su inconformidad con la falta de seriedad y el incumplimiento del gobierno a lo
prometido.
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