Mr. romano, una nueva cara a la pizza “made in
Colombia”
-El
Restaurante está ubicado a una cuadra del parque de la 93, sobre la carrera 11.
-Todos
los proveedores de Mr. Romano son colombianos, lo cual impulsa la industria
nacional.
-Víctor
Guerra y Andrea Pardo, dueños del restaurante llegaron a Colombia luego de
trabajar durante varios años en restaurantes “tres estrellas Michelin”.
Cambiar las cocinas de
estrellas Michelin por una propia, esa fue la decisión que tomaron Víctor Guerra
y Andrea Pardo para empezar un sueño mutuo: Mr. romano. Luego de formarse en la
mejor escuela gastronómica del mundo, el Culinary Institute of America en Nueva
York, la pareja acumuló su experiencia en varios restaurantes de primer nivel
en Estados Unidos, como el Per se, Eleven
Madison Park, The French Laundry y Benu, todos, tres estrellas Michelin.
La
evolución de la gastronomía en Bogotá y la posibilidad de ofrecer una pizza
única en la ciudad, motivó a ambos para traer su conocimiento y convertir un
producto tan tradicional en una experiencia de sensaciones y sabores a un
precio accesible.
“Nosotros
abrimos hace dos meses y medio, pero la idea nació hace más de dos años”,
explica Andrea Pardo, quien menciona que en ese periodo y luego de estudiar el
mercado se dieron cuenta que en Bogotá había espacio para su negocio.
La pareja
hace énfasis en que emprender no es sencillo, que requiere de mucho esfuerzo y
sacrificio, sin embargo, los comentarios de los clientes, la cara de felicidad
de los comensales al saborear la mezcla de sabores de alguno de los productos
del menú, han sido “la gasolina que llena el tanque”.
“La gente
que viene a comer a Mr. romano sale feliz. Muchos clientes nos han dicho que es
la mejor pizza que se han comido en la vida, hay comentarios que nos dejan en
redes sociales y pensamos: de verdad estamos haciendo las cosas bien”, dice
Andrea, quien advierte que no es porque sea su negocio, sino que en verdad
tienen un producto diferente, de la mejor calidad, a un precio accesible y en
un lugar agradable, en el que se puede notar el concepto de “fast fine”, un
tipo de experiencia de comida rápida, pero enfocada en el diseño y la atención.
El producto
“Cada sabor es bien pensado, la combinación de
elementos e ingredientes tiene una razón de ser, el producto final pasa por los
más altos estándares de calidad, o si no, no sale al consumidor”, dice Andrea
Pardo, resaltando la atención en cada detalle del proceso.
“Nosotros
no queremos decir somos la pizza real o auténtica, queremos decir, aquí está
reflejado nuestro estudio, lo que sabemos y eso lo hemos impregnado en el
menú”, explica Víctor, quien agrega que la carta, es una carta corta, que está
compuesta de siete pizzas, de las cuales seis son pizza rosa, es decir, a base
de tomate y una blanca. Vale destacar que las albóndigas, que son la entrada,
son una composición casi quirúrgica de 27 ingredientes, que le dan un sabor
diferente.
Esto
tiene que ver con una de las apuestas de Mr. romano, que fue hacer sabores
diferentes, únicos, especiales y ofrecerle a los clientes nuevas experiencias
gastronómicas con un producto común. Para esto, Víctor y Andrea se han aliado
con proveedores, con los que trabajan de la mano para obtener insumos
exclusivos para el restaurante.
No dejar de probar el
postre
Si las
pizzas han tenido un gran recibimiento por parte del público bogotano, los
postres no se quedan atrás. El plato final se divide en dos: una es una crema
de limón mandarino con panela, fruta de temporada, queso ricotta de búfala,
azúcar pulverizada y tomillo; la otra se compone de budino de café con
chocolate, cáscaras de limón mandarino confitadas en panela, crema de búfala
por encima, aceite de oliva y sal marina gruesa, ambas, exquisitas experiencias
de sensaciones para redondear una gran experiencia de sabores.
Todo, al
final, puede acompañarse con una de la cervezas artesanales “Mr. romano”,
fabricada exclusiva para el restaurante.
Trabajo con insumos
colombianos
Todos los
ingredientes que componen los platos que han desarrollado Víctor y Andrea, a
excepción de los tomates, son producidos en el país, desde el cerdo, hasta la
fruta o el queso de búfala. Todos son se compran a empresarios colombianos,
luego de un proceso de selección, perfeccionamiento y trabajo mutuo.
“Hemos
ido a las fábricas a hablar con cada uno de los proveedores y eso ha hecho que
la relación se consolide. En cada una de las cartas hay un párrafo dedicado a
nuestros proveedores dándoles las gracias. Nosotros siempre hablamos de ellos,
porque nos gusta que se les reconozca y también les vaya bien”, concluyó la
pareja.
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