Transformación del empleo en tiempos
de la Cuarta Revolución Industrial
Desde sus inicios
en el siglo XVIII, el término <Revolución Industrial> ha estado asociado
al impacto en los puestos de trabajo y la calidad de vida de los empleados. En
ese entonces, el surgimiento de la máquina a vapor dio un giro a los procesos
industriales, dando lugar a la tecnificación y al nacimiento de grandes
empresas. La segunda Revolución, con la llegada de la electricidad transformó
principalmente la industria y el transporte; y la tercera, apoyada en las TIC,
globalización del internet y la automatización de los procesos productivos dio
un giro a las comunicaciones y puso cualquier rincón del mundo a la distancia
de un clic.
Cada uno de estos
procesos ha ido acompañado de una gran transformación en cantidad y calidad del
recurso humano y su desempeño de cara a los cambios y a la forma en que
coexisten personas y máquinas.
Más de dos siglos
después, en 2016, surge el concepto de Cuarta Revolución Industrial. A
diferencia de las anteriores, en esta ocasión no se trata necesariamente del
desarrollo de una nueva tecnología, sino que obedece a convergencia de
tecnologías, al uso de los datos y la robotización, en un entorno donde el Big
Data, el Internet de las Cosas e incluso la Inteligencia Artificial coexisten,
abriendo unas posibilidades que incluso hoy se desconocen por completo.
Nuevos procesos,
nuevos empleos
Para llevar a cabo
una óptima implementación tecnológica, actualmente existen empresas enfocadas
en acompañar a las compañías de todos los tamaños en esta nueva revolución
industrial, consiguiendo procesos rentables y que aprovechen al máximo el
capital humano existente.
La empresa
colombiana One-Click es una de ellas. Con más de 8 años de experiencia ha
desarrollado más de 50 proyectos de arquitectura empresarial en compañías de
todos los tamaños y sectores. En palabras de Rodrigo García, CEO de One Click
“los empleos están transformándose y están adaptándose a la nueva realidad que
trae consigo la Revolución 4.0, por eso se hace necesario que prácticamente
todas las profesiones empiecen a mirar hacia la tecnología, independientemente
de su campo de acción”. El ejecutivo enfatiza en que, si bien la automatización
de los procesos puede terminar eliminando tareas, si se hace una buena
transformación digital de la compañía, esto no se verá traducido necesariamente
en reducción de puestos de trabajo sino en la especialización del capital
humano.
Según explica
García, es necesario entender que el vaso está medio lleno y que aún hay mucho
por hacer apalancados en los desarrollos tecnológicos del siglo XXI. “Los
avances que día a día se imponen en el mundo y transforman la forma en que los
humanos desarrollamos nuestras actividades, están ofreciendo un sinfín de
posibilidades que pueden desencadenar nuevas oportunidades de empleo
calificado. La flexibilidad laboral, la facilidad de acceso a la información y
la eliminación de las barreras de comunicación son solo la punta del gran
iceberg que estamos empezando a descubrir y que seguirá transformando para bien
el día a día de las personas alrededor del mundo.
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